domingo, 4 de marzo de 2007

“Divididos”: el más deseado y temido cementerio de bateristas

Roberto Rodino: músico maragato que pudo ser de los bateristas “Que En Paz Descansan”


Poner la colita en el asiento de la batería de “Divididos” debe producir una sensación equivalente a la de sentarse en la silla eléctrica. La banda argentina parece, más allá de subirse a los escenarios, tener otro rito: usar y tirar bateristas. Imagínense el patio de la sala de ensayo repleta de cadáveres y palillos: “Que En Paz Descansen”.


Por Diego Sebastián Maga
Más allá de la broma y de los bateristas que murieron en el intento de seguir “vivitos y tocando” durante algunos años (Gustavo Collado, Federico Gil Solá y Jorge Araujo), se ve que la exigencia de los capos (Ricardo Mollo y Diego Arnedo) no tiene límites. Una prueba de ello es el anuncio de que están seleccionando a otro valiente para que se siente cómodamente en la “sillita eléctrica” del histórico “power trío” rioplatense.
Alguna vez, Roberto Musso (guitarrista, cantante y compositor del “Cuarteto de Nos”) me confesó: “el baterista es el fusible de la banda”. Y más allá de que me lo comentó entre carcajadas por la “rareza” de que el “Cuarteto” -después de 24 años- continúa manteniendo a su baterista original (Álvaro Pintos), la frase termina siendo cosa seria. En esta línea explicativa del fenómeno “Divididos”, vale detenernos en la visión de otro especialista de la bata: el maragato Roberto Rodino. Vos dirás ¿por qué? Bien, Roberto –fonazo mediante- estuvo al filo de tocar la batería en la mismísima “aplanadora del rock”. Roberto recuerda aquella experiencia de pasar al sitio más deseado y temido del ambiente musical así:

“Yo estaba trabajando en México con Freddy Valeriani, un bajista argentino que es amigo de “Divididos”. Un buen día (en tiempos en que la banda Argentina estaba audicionando bateristas) me llama Freddy y me dice: “ya te contacté con ellos, comunicate y ¡andá! Y aunque no lo creas, respondí -por esto o lo otro- que no...”

No puedo creer que te hayas achicado en esa, nada menos...
“Es que realmente por cuestiones personales no podía aceptar y sabía que eran muy demandantes, profesionales y exigían dedicación total. “Divididos” tiene uno de los mejores bajistas que existe: ¡(Diego) Arnedo es un animal!. Además es el dueño de la banda.”



Claro, con el jefe hay que quedar bien, ¿no?...
“¡Ni que hablar!”

¿De que año estamos hablando?
“Eso pasó en el 2003. En ese tiempo se había ido (Federico) Gil Solá. Después recuerdo que le pasé la propuesta a Pepe Canedo. Y te digo más, recuerdo estar en la radio con Diego Ríos (operador de Océano FM y CW 41) y que lo llamé por teléfono desde ahí.”

¿Y Pepe aguantó la noticia o se desmayó en el acto?
“Pepe reaccionó idéntico a mí. Empezó “sí pero no podes llamarlos vos antes y decirles que me conocés bien”. Y le conteste: “No, Pepe, ¡tenés que ir vos!”. Bueno, quedó por esa y ninguno de los dos fue (el puesto vacante lo ocupó finalmente Jorge Araujo que igualmente dejaría “Divididos” en el 2004).”

¿No te arrepentiste de tal decisión?
“Es que yo tengo algunos principios que nunca respetó: nos es bueno agarrar a bandas en la bajada. Aunque sean importantes.”

¿A cuantas bandas entraste cuando venían barranca abajo?
“En casi todas” (larga la carcajada). “Es que en esos casos se te exige mucho y lo único que conseguís es estirar la agonía. Para mí “Divididos” es una banda impresionante pero cuando tuve aquella oportunidad su gran momento (con la edición de “La era de la boludez” en 1993) ya había pasado.”

El aviso para reclutar al nuevo componente que está en la página web de “Divididos” es claro, crudo y contundente: “Si considerás que estás capacitado para tocar con nosotros (Divididos), envianos tu video VHS tocando “El 38” y “Salir a asustar” a Balcarce 458, lunes a viernes de 12 a 16. Apelamos a tu verdadera autocrítica, para que no pierdas tu tiempo y no nos hagas perder el nuestro. PD: Humildad y autocrítica, ante todo”.
Si bien Mollo & Arnedo negaron que Catriel Ciavarella (actual batero) haya tirado la toalla o le hayan sacado la “roja”, aún se desconoce quien de los dos (él o el baterista “alternativo” seleccionado) va a ocupar el banco de suplentes. Y en verdad dudo que ellos lo lleguen a saber: la seguridad allí es mínima y la inestabilidad máxima. Pero por su vocación, supongo que los muchachos ya deben estar avisados: la vida es así, “golpe a golpe, verso a verso”. Y, después de todo, el placer de ponerle “palo y palo” a la “aplanadora del rock” vale correr semejante riesgo. Aunque luego terminen “aplastados”.